domingo, 4 de octubre de 2015

Capítulo 6

Escuché una voz detrás de mí.

Hola pa…Paloma- Dijo con tono burlón, imitando mi balbuceo del día anterior.

¡No me lo podía creer! Se acordaba de mi nombre. Aunque por un lado tampoco me sorprendía, estaría acostumbrado a que la gente  se acordara de su propio nombre.

¡Hola!- dije intentando actuar normal. ¿Cómo estás? ¿Va bien la mañana?

Me sorprendí a mí misma al actuar con tanta naturalidad. Incluso estuve a punto de tocarme el pecho para corroborar que era yo.

¡Genial!, no me puedo quejar… aunque no estaría de más que alguien me contase un chiste malo con una gracia peculiar, ¿Conoces a alguien? - preguntó con su sonrisa perfecta.

¿Acaso tenía problemas para dejar de sonreír? ¿Era de esas personas que se dedica a alegrarle la vida a la gente?

No pude evitar soltar una carcajada y llevarme las manos a la boca. Lo sigo haciendo cada vez que me siento avergonzada.  

¿Un chiste? Que va, que va, ¡qué vergüenza! – dije sin quitar las manos de la cara

¡Va!- exclamó como si fuera un niño en medio de una pataleta, pero con una gracia única.

-Está bien… ¡Pero no me juzgues!

-Haré lo que pueda.

-“En una entrevista de trabajo, le preguntan al candidato:

-¿A qué se dedicaba usted anteriormente?

 – He sido leñador durante 25 años en el Sahara

-Disculpe caballero, ¿En el Sahara? Allí no hay árboles.

-¡Ahora! ¡No te jode! “

Estalló en una carcajada.

¡Te has superado!- sin dejar de reír. ¡Este es todavía peor!

Si me hubiesen fotografiado en ese momento, sin duda, me hubiesen confundido con un tomate.

Perdona- dije con una tímida sonrisa. Te lo has buscado, has insistido.

¿Siempre eres tan divertida? – me preguntó con su peculiar sonrisa, después de haber estado mirándome fijamente unos segundos,  que me habían parecido horas.

¿Divertida yo?, ¡Pero si tú eres la alegría personificada! Pensé.

-Bueno, lo intento. No tengo motivos para no intentarlo.

-Así me gusta. Me encanta que la gente piense así.

-¿Y tú no dejas nunca de sonreír?- pregunté siendo un poco descarada.

-Yo tampoco tengo motivos para no hacerlo- Dijo sonriendo, como no.

-Eso es genial- añadí casi con un suspiro.  


-Bueno pa…Paloma, espero que el de mañana sea mejor. ¡Nos vemos!- Mientras se dirigía a la puerta, como de costumbre, con su imborrable sonrisa. 








No hay comentarios:

Publicar un comentario