A veces me entran unas ganas incontrolables de salir
corriendo a buscarte, de gritarle al mundo que se quite de mi camino, de perder
la cabeza y estallar en cólera porque no puedo llegar a tus caderas, porque no
me dejan enredarme en tu pelo, porque no
me dejan naufragar siguiendo el brillo de tu mirada. A veces parece que el
mundo no se da cuenta de que mi vida no es vida si mi piel no suda con tu piel.
Porque quiero perderme en las curvas de tu pecho y recorrer tu cuerpo con mis
manos. A veces recuerdo como se eriza tu
piel cuando acaricio tu cuello con mis labios, mientras los tuyos tiemblan. Me
encanta cuando tu respiración se vuelve loca y
excita la mía. Pero a veces el mundo no me deja llegar a ti. Y a veces
tú no me dejas llegar al mundo.
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