Donde los árboles
cantan. Bonito nombre, ¿Verdad?
Personalmente, el título ya me transmite que es un libro que
me va a ensimismar y a hacerme soñar, creyéndome parte de la historia.
Me encanta la sutilidad con la que dos mundos, totalmente
distintos, chocan entre sí, orbitando ambos alrededor de una misma persona, Viana.
Viana, el personaje personal, es una doncella dulce, hermosa
y bien alimentada. Tiene una piel cuidada y unas manos finas. La tierna joven
va a heredar el título de Duquesa,
aunque la guerra le arrebata su destino en menos de un suspiro.
Casi sin darse cuenta, Viana deja de ser una niña inocente,
llena de sueños y fantasías para convertirse en una mujer fuerte, fría,
calculadora y guerrera. Su ira y su afán de venganza mantienen su corazón
fuerte, para luchar contra su propio destino.
Además Viana conoce el desamor, la traición, el relevo en su
trato como señora. Todo esto conlleva a que Viana deje, simplemente, de ser
Viana tal y como ella se conocía.
Digamos pues, que en esta novela encontramos un amor
infantil que desaparece por mediación de la cruda realidad. A una muchachita
inocente que se convierte en una mujer fuerte de la noche a la mañana. A una
nodriza sabia, fiel, de mente fría pero de corazón dulce. A un traidor, cobarde
y menos enamorado de lo que hace aparentar y un hombre al que los años le han
hecho conocedor de todo lo que se encuentra a su alrededor, inteligente pero
desdeñado. Con unos modales un poco bastos pero protector y cariñoso. Sus
anécdotas, con credibilidad o sin ella, se convierten en grandes lecciones que
sirven de ayuda para la joven que dejó a la fuerza de ser doncella. Una joven
débil, incapaz de protegerse que tendrá que asumir las consecuencias de lo que
el destino tiene preparado para ella.
“Aprendí dos cosas: que un guerrero
demasiado soberbio es un guerrero muerto y que no todos los reyes son tan
zoquetes como aparentan.”
Y está Uri. Uri es el personaje que aporta ternura a la
novela. Es el jovencito que incluso en nuestra mente vemos su mirada inocente,
dulce, profunda, llena de alegría, amor y esperanza. El corazón de un bebé en
el cuerpo de un adolescente con sonrisa alentadora. Aunque la vida, como a
todos, le obliga a conocer el dolor.
Donde los árboles
cantan está lleno de magia, magia en todos sus sentidos.
“No era verdad, pero tampoco era
mentira”
He elegido esta novela para empezar mi blog porque me
traslada al pasado, al mío. Me recuerda a cuando era una niña y mi imaginación
volaba y volaba sin importar dónde. Sin importar si los lugares existían o eran
fruto de mi imaginación. Sin importar si en realidad era capaz o no de hacerlo,
porque todo valía, porque todos éramos capaces de hacer lo que nos proponíamos,
porque los sueños se cumplían y porque el amor lo podía todo.
Recomiendo este libro a todo el mundo, niños, adolescentes o
adultos. Mujeres y hombres. Románticos y escépticos. Porque al fin y al cabo,
todos conocemos el lugar donde los árboles
cantan, y no es otro lugar que nuestro corazón.
“Aquella música parecía hablar de
todo lo que sucedía bajo el cielo, desde el subsuelo hasta las nubes más altas;
cantaban a la lluvia, a la tierra, al viento y al sol; se colaban por todos los
resquicios del alma y la elevaba, como si tuviera alas, hasta el lugar donde
nacen las estrellas.”
Laura
Gallego
No sé si estoy capacitada para hablar de esta supernova de
la literatura. No sé si quiera si estoy en mi derecho de dar una opinión sobre
ella. Pero la admiración me hace tomarme estas confianzas.
La admiro, y no solo se trata de admiración, sino de orgullo
también. Me siento orgullosa de la mente de esta mujer. Creo que donde el resto
de humanos tenemos un cerebro con todo lo que constituye un cerebro en sí mismo,
Laura tiene un paraíso. Un paraíso lleno de ideas fantásticas, de magia, de lugares
a los que quiero viajar, de personajes a los que quiero conocer, con los que
quiero hablar, a los que quiero abrazar, a los que quiero ayudar.
Tengo un total convencimiento de que todo aquél que haya
leído Donde los árboles cantan, ha
sufrido con Viana, se ha puesto en la piel de ella, han querido ayudarla. Han
querido abrazar a la pobre Belicia con compasión por no poder librarse de su
destino. Han sentido a Lobo como un hermano mayor y han amado a Uri. Han odiado
a Robian como si la traición hubiese sido hacia su propia persona y han visto
en Dorea a su abuela.
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